El Cabezo forma un núcleo independizado en el extremo SW de la Sierra del Picacho. 200 metros sobre la carretera Nacional, levanta su vértice geodésico sobre un estrecha y alargada plataforma de roca que le confiere cierto atractivo de montaña airosa y no precisamente fácil. Aunque tampoco la relativa dificultad que impone una subida por pendientes inclinadas e inestables (incluido algún paso de escalada de básico nivel) llega a suponer un impedimento para el excursionista sin pretensiones de escalador. La vista sobre el desierto circundante (en especial hacia el cercano Cabezo del Asno y los picos de Cieza-Calasparra) y la contigua aguja pétrea de EL PICACHO es soberbia. Geológicamente representa un diapiro de materiales blandos (principalmente, yesos y arcillas; de ahí las canteras de caolín diseminadas por su contorno) que emergió en la orogénesis alpina a causa de la resistencia del zócalo mesetario frente al empuje de la placa africana. Estas remotas fuerzas y estructuras interiores han producido un paisaje de montañas-isla como la presente que salpican de bonitas formas y reductos boscosos la árida franja esteparia que entre el núcleo de las subbéticas en el SW (contorno oriental de Cazorla-Segura, y que a través de La Sagra, 2382m, llega al Revolcadores y sus satélites) y el paraíso subhúmedo de las Sierras de Alcoy, conforma el amplio y abierto arco del Prebético Externo.
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