Las llanuras de este extremo de La Mancha, colgadas directamente sobre los montuosos valles valencianos (pienso en el río Cabriel y el Júcar) soportan con estoicismo las estupideces propias de nuestra raza, y los que nos atrevemos, de vez en cuando, a rebasar sus contornos, comprobamos que a 100km en dirección al mar -sobre todo si escapamos, cruzando el cañón del Júcar, hacia el Sur, dirección Alicante- otra parte de La Mancha, la que acoge la estupenda ciudad de Almansa, se desparrama por los páramos y secarrales, y vegas y cultivos de secano del Alto Valle del VINALOPÓ, a cuyos flancos se extienden montes y sierras en los que una tupida y bien conservada red de senderos demuestra que nos adentramos en zonas con mayor demografía y afición por los espacios naturales: otra manera más sabia de admirar y sentir los desiertos típicos de Iberia.
El VINALOPÓ es un río curioso. Nace en las enigmáticas y lluviosas laderas del flanco NW de MARIOLA, entre BANYERES y BOCAIRENT, y en lugar de arrojarse por las pendientes sobre las que escala y, finalmente, asoma la carretera V-41 (que une VILLENA con la anterior), tuerce con brusquedad hacia el Oeste y enfila el ancho surco intramontano de, sin solución de continuidad, enlaza la verdeante campiña de los plataforma de BANYERES-BENEIXAMA con las rudas estepas de VILLENA. Aquí gira definitivamente al Sur y enfila en algo menos de 60km hacia los pantanos de ELCHE y SANTA POLA.
Afincado en CAUDETE por cuestiones de trabajo, que es la cabecera real y geográfica de la ancha planicie del VINALOPÓ, he pasado los años y los kms. cruzando las carreteras que llevan al interior o al Mediterráneo sin detenerme a explorar los montes que soñaba: la fiera estampa de EL CID, a la altura de ELDA; la singular y altiva figura de CABRERAS, vigilando las llanadas y pinares de SAX, los cerros de VILLENA; SALINAS, en el camino del CARCHE, ya en los límites de MURCIA... EL BOLÓN DE ELDA, mirador excepcional por su posición en el centro de la hoya de ELDA; y... más allá, oculto por las imponentes laderas de EL CID: EL MAIGMÓ, que con sus 1296msnm, se alza mil metros de golpe desde los glacis desérticos de AGOST, ya casi sobre ALICANTE y sus luminosas orillas de despiporre y Mediterráneo.
Así que, igual que me pasó con CAZORLA en mis tiempos de JAÉN (allá por los primeros 90), en este inusual tránsito meteorológico entre 2015 y 2016, consternado por la sequedad reinante, cumplo el sueño de las montañas que he visto toda mi vida y que hoy, al fin, decido conquistar. Descubrir, para comprender, el misterio que anida en la cumbre; y hacer míos los horizontes de inmensas literaturas que alcanzan tierras y pueblos tan dispares. Marinas desdibujadas por densos resplandores, y oscuros frentes de niebla que anuncian, en el otro extremo, las heladas del interior. Y en medio de todo, casi allí abajo, muy cerca de nuestros pies, las animadas poblaciones con su historia medieval y sus castillos imponentes del ALTO y MEDIO VINALOPÓ: ELDA/PETRER, SAX y VILLENA, con la multiplicidad colorista de sus casas de labor, caseríos, aldeas y zonas de recreo. Poblaciones que he conocido casi sin proponérmelo y que ahora y siempre llevaré en el corazón. Así es la vida y así son las cosas que nos ocurren.
FOTO (OBJETIVO-200mm)
SAX y SIERRA CABRERAS en lontananza. A escasos 20km a vuelo de pájaro. Hacia el NW, desde la cumbre del MAIGMÓ.